Los coches están evolucionando una barbaridad a lo largo de los últimos años. ¿Pero cómo será el coche del futuro? ¿Qué nos espera en los vehículos que nos llevarán dentro de unos años?
Los coches forman una parte indispensable de nuestras vidas. Los usamos para ir de un lado a otro, para llegar a nuestros trabajos, para ver a nuestra familia y amigos… ha sido uno de los avances más importantes de la era moderna.
Pero todavía queda mucho que decir en lo que a coches se refiere. Nuevos jugadores como Google o Tesla han llegado y están revolucionando la forma de hacer las cosas. Con el panorama actual, ¿qué nos espera en el futuro de la automoción? ¿Cómo serán los coches del futuro?
Lo cierto es que el coche del futuro no está tan lejos de lo que pensamos. Y no hablamos de conducción autónoma o inteligencia artificial, sino de un paso necesario antes: que el coche esté conectado. No sólo a nosotros, también a redes como Internet. Y eso ya es posible, aunque no lo parezca.
Según un estudio que ha publicado Qualcomm, el 40% de los entrevistados no saben qué significa “coche conectado”. Sin embargo, muchos coches que salen del concesionario llevan Bluetooth para conectarse a nuestro teléfono y ponerlo en el coche, control por voz para manejar sus funciones y sistemas de diagnóstico automáticos para evitar problemas mecánicos.
Incluso ya existen proyectos que buscarán aparcamiento libre en la ciudad por nosotros, y programas de gestión de flotas que controlan todos los vehículos de una empresa desde una simple aplicación. El coche conectado ya es una realidad, en otras palabras. Y lo más importante, allana el camino para que vengan los siguientes avances.
Por supuesto, el avance más evidente es la conducción autónoma de nivel 5: que el coche sea capaz de conducir, encontrar aparcamiento o aparcar en el garaje sólo. Sin intervención humana de ningún tipo. Existen muchos proyectos alrededor del mundo que compiten por conseguir esto, pero los esfuerzos más destacados les corresponden a empresas como Tesla o Google.
Tesla, desde el Model S, ya es capaz de lanzar al mercado coches que se conducen sólos. Todavía no hablamos de plena autonomía, pero es cuestión de tiempo (y kilómetros) que lo consigan. Google también acumula kilómetros en su proyecto de coche autónomo, Waymo. Y compañías como Mercedes-Benz o Samsung también están trabajando en esta dirección.
Por otra parte, y también como algo que está comenzando a llegar, tenemos los coches eléctricos. Todavía tienen muchas pegas respecto a los coches con motor de combustión, pero es el futuro que se acerca a marchas forzadas. Las capitales empezarán a prohibir los coches con motor de combustión a partir de 2025, los combustibles no son renovables y se acabarán, y los motores eléctricos serán más eficientes con el tiempo.
Tesla es uno de los abanderados con un catálogo que no usa motores de combustible fósil, pero hay mucho más. Nissan también lleva varios años jugando en la liga de los 100% eléctricos, junto a otras marcas como Renault o Chevrolet. Y otros, como Toyota o Lexus, están apostando también por lo eléctrico con los coches híbridos.
Sin embargo, lo que nos espera el futuro más lejano es todo un misterio. Sabemos que estarán conectados a Internet, que se conducirán solos y que tendrán motores eléctricos. Es posible que hasta prescindan de elementos como un volante o los pedales de acelerador y freno, suponiendo que no los necesitaremos. Igual hasta los neumáticos cambian de forma radical, quien sabe.
Pero lo cierto es que ni siquiera sabemos si tendremos coche por ese entonces. Compañías como Lucid Motors o la propia Tesla ya fantasean con la idea de tener una flota de coches autónomos que no paren de llevar a otras personas mientras no los necesiten sus dueños.
El transporte público también mejorará con estas ventajas, pudiendo convertirse en una opción para más personas. Incluso, como indica BBC, podríamos hablar de que nuestro coche fuese una opción en una red más grande. Salimos a la calle y en el momento decidimos si queremos nuestro coche, un taxi o un transporte público, dependiendo de la ruta que tengamos que hacer.
Además, la llegada de la tecnología 5G también puede suponer una revolución. Abriría la posibilidad de que todos los coches que estén en la carretera hablen entre ellos. Vehículos autónomos en constante movimiento podría significar una reducción de accidentes, de atascos, y que nosotros lleguemos a nuestro destino mucho más rápido.
Fuente: El Español